30.8.10

Nosotros, los regados, los delegados; los relegados
El gordo siempre decía: ¿qué les habremos cargado en la mochila?

Flores quizás, sin lluvia ni soles
Ya no gritamos, fuimos callados de raíz

Nacimos con los pies en la tierra, y la cabeza un tanto más abajo
Uñas de barro, tanto escarbar y llorar buscando algo, sembrando vacíos

Nos creen dormidos, parecemos sonámbulos, pero estamos vivos
Esperando, concientes de que nunca, de que lo mejor sería cerrar los ojos y asentir
¿Y a quién carajo le importa lo mejor? Si ya somos lo peor, la escoria del futuro

Sin qué perder seguimos nadando hacia adentro, hacia el centro
donde algún día encontraremos un sol incandescente que alimente los sueños que nos queden

Nosotros, que descubrimos que en verdad escribir es romper trazando grietas en el papel,
desgarrando lo blanco y abriendo ríos de sangre negra, canales de ideas que explotarán contra las paredes de la realidad.
(Fines 2009)
Cambiábamos una letra por vez, y probábamos cómo sonaba: RA-NA, RA-MA, RA-TA. Asomaba la noche sobre el mar, pero el calor seguía apretando. De rodillas en la arena, yo aprendía a leer, con una rama como lapiz y toda la arena que encontrara como hoja. Me gustaba ver cómo se hundía la madera, parecía que nunca llegaría al fondo. Nunca volví a creer con tanta fuerza, con mis escasos 4 años, que el lenguaje no tenía límites. Poco a poco, la playa fue llénandose de letras. Recuerdo a las S escapándose para mojar la nariz en el agua, las T escondiéndose tras los médanos, y las R haciéndome cosquillas en la lengua. Estaban por todos lados, hasta abajo de los caracoles. Se hizo la hora de ir a casa y me despedí de ellas, prometiéndoles volver al otro día para seguir jugando. No sé qué soñé esa noche.
Corrí los últimos metros, ansiosa por el reencuentro. No las veía desde lejos, pero tampoco aparecieron mientras me acercaba. Estarán esperando atrás de los arbustos para asustarme, pensé. Fui riendo por los nervios hasta la orilla, esperando que en cualquier momento salieran desde cualquier lado para pellizcarme. Pero no. Me arrastré llorando hasta mis papás para decirles que las palabras no me querían más. Se sonrieron y me dijeron que el mar se las había llevado por la noche, pero que no tenía que ponerme triste: bastaba con escribirlas de nuevo.
Desde ese día las reescribí todas las noches, para que el mar no nos separara nunca más, pero claro, sobre hojas, ya nunca arena, ya nunca profundidad, ya nunca creer, ya nunca infinito.
(Abril 2010)

19.8.10

2 14.30

(un vendedor ambulante a un pasajero) - Yo te quería preguntar algo, sabés? Vos qué sos joven, qué pensás de lo que estoy haciendo? En serio quiero saber, qué pensás que soy? Te pregunto a vos porque los viejos tiran cualquiera, te mandan a laburar... si ya estoy laburando! Pero qué te parece? Decime, quiero saber. Bueno, está bien, no te molesto más.

163 14.30

- Dale, abrime! Daaale, qué te cuesta? Qué mala onda che... Por lo menos contestame bien, yo te estoy hablando bien. Calmate, sólo te pedí que me abrieras. Eeeh, calmate, qué ejemplo le estás dando a la sociedad? Bajá un cambio loco, qué confianza le das a la gente? Abrime! Qué me cerrás pelotudo? Después se quejan cuando les cortan los deditos, no...? (el chofer pela un fierro) Tranquilizate imbécil, la concha de tu madre!

18.08.10

"Hay un mundo en el que hay zombies y, en particular, Evita es un zombie que se aferra a los ideales montoneros de la patria socialista"
Prof. Penellas (Lógica) dixit

"Los peronistas no son buenos ni malos: no son seres vivos"
Alumno dixit (Borges reloaded)

2.8.10

Moldeé sobre tu cuerpo
con la arcilla del tiempo

-partiendo desde el centro
conteniendo el movimiento-

Hoy las grietas sangran
sobre la piel en que viajan

-sos vos el contorno,
la arcilla (sólo) un adorno-

 
Header image by Flóra @ Flickr