15.4.13

181 18 hs.

(Al colectivero) "Usted es como Cristina, nos toman por multimillonarios."

6.4.13

Me tomé un mate lavado, con yerba argentina flotando en la superficie y me dije: algún día tengo que empezar. Aunque no lo pueda visualizar, tengo que arrancar. Va siendo momento de dejar de jugar con castillos de arena y empezar a jugar con otros materiales. Construir, proyectar, a esas palabras adultas aburridas, cambiarles el sesgo. Intentar escribir una página que pueda se continuada al otro día, que no muera en unos párrafos nocturnos. Señalar direcciones hacia las que caminar, y dar el primer paso antes de cambiarlas por completo. Comprometerme con los futuros, hacerme su amiga, atreverme a habitarlos con la imaginación.
Crear, lo que sea, pero hacerlo. Crear y creer. Canalizar mis ganas de todo en algos. Sin olvidarme de disfrutar los caminos, sin obsesionarme con las llegadas. Sólo tratar de que los ladrillos que voy amontonando tengan algún sentido, en sí mismos y en el conjunto. Inventar un techo que me/nos ampare (con rueditas, obvio).

4.4.13

Errática

No sé de dónde soy. Vagabundeo con mi casa a cuestas, si no me la olvido en alguna orilla. Las fronteras se van doblando con el viento, y yo viajo en él. Abracé con alegría este no-destino, esta elección sorpresiva, que me eligió a mí sin previo aviso, sin consultarme. Vivo la experiencia del desarraigo, del desamparo, del des-asimiento, des-hacimiento.
Y a veces me pierdo, las despedidas me desorientan. Gambeteando miedos le abro el pecho al mundo. La cruel ceremonia del tajo me deja desnuda frente a sus ojos. No llego hasta sus dedos, necesito su mano para no caer en la huida. Que me despierte de mis pesadillas con un "ya pasó, Pini, no te asustes".
Heme aquí, extraña, ambulante.
 
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