11.5.13

Te siento lejos
como desteñido
como si, quisiendo verte,
mirara más atrás

[Por algún lado está filtrando
y se agrieta la tela]

Te extraño como si estuvieras acá
pero no pudiera tocarte

[Distancia es una palabra
que ocupa mucho espacio]

Espero lo imposible:
(no) espero nada
¿Qué otra cosa podría esperar?

[Ausencia es una palabra inapropiada
-niega lo que nombra-
aunque quizás sea pertinente]

Entonces aprendí
que la luna era de piedra
y cabía en un bolsillo
y que un sonido no siempre mata el frío

[Nadie promete a pedido
o siempre adeuda lo prometido]

Las pestañas y las estrellas se caen
y se piden deseos
Las ilusiones...

[El huequito a mi lado
se empieza a deformar]

No en toda taza
se sacia la sed
por más que guarde un mar

[Me duelen las huellas
que no dejo al andar]

Será que me quedé sorda
por tanto soñar
por tanto desear

[El humo empaña el cristal
o siempre está fuera de foco]

15.4.13

181 18 hs.

(Al colectivero) "Usted es como Cristina, nos toman por multimillonarios."

6.4.13

Me tomé un mate lavado, con yerba argentina flotando en la superficie y me dije: algún día tengo que empezar. Aunque no lo pueda visualizar, tengo que arrancar. Va siendo momento de dejar de jugar con castillos de arena y empezar a jugar con otros materiales. Construir, proyectar, a esas palabras adultas aburridas, cambiarles el sesgo. Intentar escribir una página que pueda se continuada al otro día, que no muera en unos párrafos nocturnos. Señalar direcciones hacia las que caminar, y dar el primer paso antes de cambiarlas por completo. Comprometerme con los futuros, hacerme su amiga, atreverme a habitarlos con la imaginación.
Crear, lo que sea, pero hacerlo. Crear y creer. Canalizar mis ganas de todo en algos. Sin olvidarme de disfrutar los caminos, sin obsesionarme con las llegadas. Sólo tratar de que los ladrillos que voy amontonando tengan algún sentido, en sí mismos y en el conjunto. Inventar un techo que me/nos ampare (con rueditas, obvio).

4.4.13

Errática

No sé de dónde soy. Vagabundeo con mi casa a cuestas, si no me la olvido en alguna orilla. Las fronteras se van doblando con el viento, y yo viajo en él. Abracé con alegría este no-destino, esta elección sorpresiva, que me eligió a mí sin previo aviso, sin consultarme. Vivo la experiencia del desarraigo, del desamparo, del des-asimiento, des-hacimiento.
Y a veces me pierdo, las despedidas me desorientan. Gambeteando miedos le abro el pecho al mundo. La cruel ceremonia del tajo me deja desnuda frente a sus ojos. No llego hasta sus dedos, necesito su mano para no caer en la huida. Que me despierte de mis pesadillas con un "ya pasó, Pini, no te asustes".
Heme aquí, extraña, ambulante.

5.3.13

Lo que me llevo (contracara de Lo que te dejo)

Me llevo pila de aprendizajes y descubrimientos
un vocabulario ampliado
un inventario de anécdotas y recuerdos
un acento híbrido, una identidad transplatense.

Me llevo neologismos para lo inventado
y silencios para lo inefable
cómplices para usar el corazón
rostros para poblar mi desván
y el cierre de una historia.

Me llevo grappamiel para alguna noche fría
el termo abajo del brazo, entre las costillas
una lapicera que escribe lo que quiere
lágrimas de felicidad
un llavero, y quizás algunas llaves.

Me llevo una luna roja
cielos y ojos de los más lindos que vi
desafíos y promesas por cumplir
una adicción a las sorpresas
una vida de yapa.

Me llevo ganas
de volver
de hacer
de viajar
de soñar
de crear
de creer
de vos
de tener ganas.

Me llevo mi casita de caracol
mis raíces de agua
una mochila más liviana
un barquito de papel, sin ancla
un pasaje siempre abierto.

Me llevo un reflejo nuevo
montones de puentes y conexiones
hábitos propios y prestados
horizontes que nunca imaginé.

Me llevo mi placentera soledad
muchos kilómetros recorridos
los brazos abiertos para los que me esperan
y una alegre despedida.

Me llevo el carnaval en las venas
una pasión por Conaprole
un amor de película
una mano grabada en un vaso
y línea directa al paraíso.

Me llevo una lista de quehaceres
la paciencia por lo inesperado
un juego eterno de apuestas
una vibración compartida.

Me llevo mugre de cada destino
olas y hamacas
sonrisas, horas y tesoros robados
arena en las orejas y sal en la piel
un coro de risas.

Me llevo mis momentos de encuentro
el salchichón de chocolate
medio paquete de Canaritas (siempre contigo)
terribles escenas de morleta
dos toallas en un perchero.

Me llevo barro en los pies
cataratas de condensación de carpa enmantecada
la tranquilidad de dormir acompañada
el desprecio por lo seguro y lo cómodo.

Me llevo mis días descalza
marcas a fuego
instantes eternos
lo fugaz, genuino, espontáneo, efímero, intenso
juegos de palabras y conciertos a capella.

Me llevo un proyecto de banda
una canción nunca escrita
muchas páginas manchadas de tinta
y pinceladas de sensaciones en el alma.

Me llevo la magia de los niños
-en todos sus envases-
el mareo del río
un aroma a coco y pino
churros con dulce de leche y tortas fritas.

Me llevo tormentas de cuentos
arrullos para dormitar
energías de todos los tipos
intercambios inspiradores.

Me llevo nuestra historia
y la que queda por inventar.
Me llevo tiempo que le ganamos a la muerte.
Me llevo espacio para todos mis huéspedes.

Me llevo senderos flotantes
y grutas submarinas
islas de deseo
el fluir de vientos y corrientes
el saberme perdida y feliz.

Me llevo bailes con sabor
refugios de madera
puertas sin cerraduras
siestas bajo el sol
aventuras sin fin.

Me llevo el delirio en el desierto
algún paisaje que ya olvidé
nuestros nombres de fantasía
y creencias encantadoras.

Me llevo el estar a la deriva
la entrega del peso a la tierra
el dejarme mover por fuerzas desconocidas,
relajar el pensamiento y sentir la brisa que hace cosquillas.

Me llevo un rollo de fotos mentales
el alivio de no tener nada que esconder
desayunos y banquetes
llamadas de larga distancia.

Me llevo una pulsera y un collar
una cicatriz en el hombro (con orgullo)
preguntas existenciales
reflexiones merecedoras de libros.

Me llevo incontables carcajadas
los pequeños y valiosos placeres
dibujos que nos regalaron
y huellas que nos dejaron.

Me llevo un diario de viaje muy curtido
cantidad de mapas que ni necesitamos
boletos, cartas, tarjetas y tickets.
Me llevo a las Gurisas del Infinito
y mil definiciones de felicidad.

Me llevo tatuajes invisibles
y un destello en los ojos
los colores del verano
el gustito de la libertad
y haberme acostado entre sábanas de estrellas.

Me llevo la satisfacción de haber exprimido cada segundo.

Me llevo los lugares que me sedujeron,
a los que puedo ir cuando guste.
Me llevo la decisión por el presente.

Me llevo abundante aire en los pulmones y en las alas
Me llevo hacia la otra orilla, pero casi como si no lo hiciera.

Me llevo la convicción de que esta enumeración no es exhaustiva
ni hace justicia a lo vivido,
pero una vez más, las palabras no alcanzan.
Como la realidad, que tampoco es suficiente.




19.2.13

Montevideo
Montevideo pasa en blanco y negropor la ventanilla lloviznada.No promete colores mañanatodavía más gris con sudestada.
Juego con la mirada inquietabuscando fotografías vivas.Contra el aburrimiento del paisajecualquier táctica resulta entretenida.
Y esta habitación húmeda de hoteldonde llueve más la distanciaque este cielo extranjero.Hoy la patria es más querida:frente a la soledad y el desconocimiento,patria es compañìa.
Extraño la patria de mi barriode no perderme en cada esquinao bien despistarme con gusto.
No crean que no me gustanlos uruguayos amables y cordialesque toman mate por la calle,los trajes coloridos de las murgas,las voces alegres y combativas de los parodistas,conocer lo nuevo, hermanarme con ellos.
Pero sí prefiero,mi yerba tosca.
Y frente a la nostalgiade la patria de tu cuerpode tus mates a la nochede tu risa, tu voztus ojos dulces,sonrio con una luz azuladaque por lejos le gana a los colores del carnaval.
Y disfruto este pequeñito dolorporque ya siento el abrazo de bienvenida.
Hace 4 casi exactos años, en la recepción de un hotel acá a la vuelta, escribía eso. Hoy es otro hotel, pero también llueve. Y también miro por la ventana. Pero no me aburre, ni desespero por volver. Soy feliz. Soy otra.

13.2.13

Extraña sensación con el repentino recuerdo de la vida cotidiana, lejana y ajena. Experiencia del desapego y de otros mundos posibles. Irreal tal vez, pero qué es exactamente eso de la realidad? Vivir arriba de una ola, dejarse mecer por el mar, parece simple, natural e inevitable. Como enamorarse, en cada oportunidad, de mil maneras y en tantos grados. No sé si estoy eligiendo este modo de hacer mis días, o simplemente ya no le puedo escapar a la felicidad más dulce.

4.2.13

Llegué a la arena prometida
y eché raíces de agua
El cielo es de azúcar
y las olas son mansas
Hay brisas de pino
y besos con sal
Caricias doradas
y soplos de paz
De coco y canela
son las sonrisas
Y las melodías de las gurisas
desafinan corazones
y despiertan fogones
Nos abraza este paisaje
del que ya nos sentimos parte

3.2.13

De yapa

El pochoclero pasaba a las 6. Esperaba con ganas los de chocolate. Lo escuchaba a unas cuadras y ya salía a la puerta.
Lo que no esperaba, era la yapa.
La yapa estaba de más, sobresalía del paquetito. No estaba en los planes ni en las cuentas.
No será esta una vida de yapa? Una vida en la que recibimos lo que acontezca como un regalo. Una vida en la que todo es ocasión de sorpresa. Tomar el mundo como lo hace esa gatita, correteando curiosa y jugando con lo que aparezca. Una vida de ojos grandes que no esperan nada, pero están siempre expectantes. Una vida de disponibilidad y apertura. Flexible como la pinocha, y volátil, sutil en manos del viento marítimo.
Una vida viva, de yapa. De disfrute, como el del pochoclo de chocolate, que no es otra cosa que aire dulce.

15.1.13

Tanto tiempo fuiste el primero en la lista
en la telefónica
y en la diaria
y en tantas

Hoy ya no quiero el riesgo
del ocupado, del llamado no atendido
Menos del corte

Quizás vaya siendo hora de decir hasta luego
Que no es chau, tampoco hasta pronto
Más cerca de un hasta siempre
aceptando el límite compartido con el nunca

13.1.13

Pharmakon
límite no extenso

la confianza como remedio
y, a riesgo de su transgresión,
veneno atroz

vulnerabilidad
piel
filo
herida
traición

bronca y dolor
y el remedio para eso,
en qué concentración/composición/presentación viene?

o cómo dosificar la angustia?

10.1.13

Me niego a creer ese cuento del olvido
y sin embargo te siento de espaldas
yendo hacia algún lugar al que no estoy invitada
intentando despojarte de mis restos
desvertirte de mis huellas
guardar mi voz en el bolsillo
y seguir andando

No te mientas:
todo duelo es imposible
Cuando mi recuerdo se destiña
sabrás cómo encontrarme

7.1.13

Me preocupa un poco esto de seguir insistiendo en tu ausencia. Me asusta pensar que reincido una y otra vez en su abrazo, sin saber por qué, y que es todo lo tuyo que voy a poder volver a abrazar. Estos diálogos que mantengo con mi rostro de vos, inquilino cotidiano de mi soledad, son un arma de doble filo: me acompañan en ella mientras a cada paso me la recuerdan. Será que reafirmar mi creencia en que no existen los finales no es otra cosa que una reticencia pavorosa a aceptar que los hay? Será que me condenaste ya al pasado, aunque yo siga manteniéndote en este tiempo gris? Será que busco alguna respuesta, o tu reiterada ausencia ya dice suficiente, y me niego a escucharla?

6.1.13

Silenciosos compañeros de mis días,
sobre todo de mis noches:
sean libres

Vayan y vengan
dejen de callar
muevan el sonido

Víbrenme

Y vos,
ya habrás ido a parar a ese rincón?
Siento tu doble ausencia
ni en mis días ni en mis noches

Me cuesta ubicar tu rostro
Lo dejé partir?
o fuiste vos el que partió de mi?

Desprendete, desprendete
yo me quedo en vos
aunque sin vos

4.1.13

Escribir siempre fue una botella al mar
el simulacro del otro
saberte Dios
e infierno

Creer y esperar
-como sí fueran cosas distintas-
¿qué otra posibilidad sino la nada?

Llegar inevitablemente a una casa vacía
sin vos (voz)
SIN

para eso se inventaron los teléfonos

 
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