31.5.11

"La pequeñez estuvo en pensar que el drama mancha, no que reabre los rasgos del rostro de uno, los para qué y con qué."
Nicolás Casullo

27.5.11

Quiero hablar desde el dolor, la angustia, la bronca, la impotencia. Y quiero hablarte a vos:
No me banco que me ningunees. No me banco tu perfil, tu silencio. No me banco que me niegues una mirada. No me banco que me evites, que me evadas, que me ignores.
Estoy acá: reconoceme. Enfrentame, mirame, hablame. Respetame. Me hiere tu indiferencia.
No te pido nada; no mendigo cariño, ni atención. Sé muy bien quién soy, qué busco, qué merezco. No tengo que ganarme tu aprobación. Pero si no te va, tené la decencia de hacérmelo saber.
No me prendo en el juego del discurso doble. No me cabe ni un poco la careta. Te exijo que tengas el valor de plantarte ante mí con firmeza y claridad.
No te voy a perseguir, no significás lo suficiente como para que insista. Tenés una oportunidad, tomala o nos vimos.

Te hablo a vos, en nombre de tantos otros a los que no les hablé. Todos con los que me sentí unida, con los que tuve al menos un momento de conexión, de comunicación intensa y profunda. A los que valoré y a quienes me abrí, y que no supieron verlo o no se jugaron. Todos los casos en los que creí estar construyendo algo fuerte pero que finalmente me decepcionaron. Quizás espero mucho, aunque es sólo porque estoy dispuesta a dar mucho, y no me conformo con limosnas. Creo en esos pequeños instantes de inmediatez, y duele que no se continúen.

Me mantengo vulnerable, elijo ese lugar para dejarme interpelar. Sin embargo, si sólo hallo hostilidad, te voy a dar la espalda. Es así, con la dignidad no negocio. Este es tu momento, ¿qué vas a hacer?

25.5.11

Riddikulus

En el auge de Harry Potter, yo no era fanática. Pero sí me devoraba los libros: tenían algo que me consumía todas las horas de 2 o 3 días, no podía parar hasta terminarlos. Odié las películas, y extrañamente, habiendo leído los 6 primeros libros múltiples veces, el séptimo no quise leerlo.
De toda ese mundo que me maravillaba, de todas formas, algunas cosas me quedaron. Hoy me acordaba particularmente de un hechizo, Riddikulus.

Algo posible en el mundo de Hogwarts era encontrarte (como si yo hubiera ido, pff) con un boggart: tu peor miedo materializado. Frente al pánico y el impulso de salir corriendo, la estrategia era enfrentarlo y visualizarlo de alguna forma cómica. Por ejemplo, si fuera un fantasma, imaginarlo con un sombrero coqueto; un esqueleto bailarín; un monstruo malabarista. Y luego, conjurar Riddikulus, haciendo que el "espíritu" se desvaneciera a causa de la risa ajena.

Es un poco ridículo, valga la redundancia, pero creo que bastante explicativo. Digo, ¿qué mejor manera de enfrentar nuestros miedos que con la risa? No quedarnos inmovilizados, paralizados, inertes frente a lo que nos aterra; dar un paso al frente y largar una carcajada. Útil, efectivo, hasta saludable.


16.5.11

Inacción. Espectadora de mi propia escena. Dura, congelada; impotencia. Entonces, angustia.
Desde adentro: ¡hacé algo! Desde afuera: ¡involucrate! En los bordes: nada.
Reencuentro con limitaciones que se hacen infranqueables y me empequeñecen.
Voluntad y ganas avasalladas por el miedo... ¿a qué?
¿Al no-control?
¿A la fuga?
¿A sentir, ver?

O solamente, a ser. Algo. Distinto. Raro.
Improvisación, espontaneidad, allá vamos.
 
Header image by Flóra @ Flickr