Aquellas "pequeñas" cosas...

Pequeñas porque aparentemente son un sencillo cambio de actitud, casi un detalle, pero enormes porque son la exteriorización de un gran proceso interno de transformación personal que implica otra forma de conocerse, quererse, respetarse, y partir desde allí en el trato con los demás. Es que sin capacidad de reflexión (en el sentido de verse reflejado, de objetivarse), de autocrítica, de corrección, de poder realizar el simple acto de pedir perdón, no creo que haya posibilidad de ninguna relación humana. Al menos no de una que sea sana y real.