Mientras que en un principio la toma pretendía ser "simbólica" (sea lo que sea que esto quiera decir), rápidamente se transformó en una toma con clases públicas, slogan muy utilizado en la facultad. ¿En qué consiste el arquetipo de clase pública? Juntar sillas en la calle o el patio. Las preguntas que cabe hacerse son: ¿no son las clases ya públicas, por tratarse de una Universidad pública? y ¿qué se pretende con esta medida?
Pareciera que lo que se pretende es mostrarse, que se vea que en Filo pasan cosas. ¿Qué se logra, en cambio? Que TN filme cómo los estudiantes aprovechan cualquier situación para tomar cerveza, fumarse un porrito, y hacer quilombo. Porque por más que les pese a todos los idealistas, eso es lo que se ve.
Entretanto, profesores y estudiantes queremos seguir teniendo clases. Ahora la toma ya se convierte en una especie de régimen: o son clases en las condiciones que se estipularon, o no son nada. Los espacios destinados a clases, reducidos por la lluvia, son los pasillos, los halls, y un aula magna compartida por 4 o 5 cursos simultáneos. Y que a nadie se le ocurra atreverse a usar un aula, los compañeros del centro de estudiantes se encargan de desanimar la iniciativa, siempre con cordialidad obviamente. Tampoco está permitido dar clase en otro espacio aledaño a Puan, en la asamblea se descuartiza a los profesores que hayan decidido continuar con sus responsabilidades en las condiciones que sea.
Entonces, a una semana del comienzo de la toma, ¿qué se logró? En primer lugar, cursar en peores condiciones de las que ya cursábamos, sin techo, en espacios abiertos donde el sonido se pierde, sin luz (contando que el horario central es el nocturno), sin sillas y sin pizarrones. En segundo lugar, no cursar, ya que muchas cátedras optaron por no dar clase en estas condiciones, y otras se vieron imposibilitadas a hacerlo. En tercer lugar, un malestar generalizado que se vuelve en contra de los mismos estudiantes. En cuarto lugar, una lucha virtual entre el centro de estudiantes y el decanato, que recuerda a los peores programas de chimentos de la tarde. En quinto y último, una mezcla total entre reivindicaciones estudiantiles en general, reclamos de Filo en particular, y consignas e intereses políticos de todo tipo. Un ejemplo de esto: un gran cartel en la puerta de la facultad con la línea MACRI = KRISTINA, producto de una gran confusión ideológica, y un análisis muy errado incapaz de notar claras diferencias y sutiles matices que hacen que no todo sea lo mismo. Porque al final ese es el resultado, la opinión generalizada de que todo es igual, de que todo está mal, de que la política no sirve, de que hay democracia sólo cuando algunos quieren, de que a los estudiantes nos encanta molestar y que aprovechamos cualquier ocasión para no estudiar.
Cabe señalar: que a muchos de los dirigentes políticos de Filo, nunca se los vio adentro de un aula; que nuestros reclamos no deben recaer en el Ministerio de Educación de la Ciudad, sino en el de Nación; que no se trata de ir a toda marcha o manifestación sólo para hacer bulto; que por más que nos pese, Macri fue democráticamente electo y atentar contra ello es permitir el regreso a las épocas más nefastas de nuestra historia. Y claro, mis queridos compañeros revolucionarios: este no es el camino para "cambiar el mundo".
Y por las dudas, por supuesto que estoy a favor de la lucha por la educación pública, pero no entiendo cómo podemos hacerlo sin ejercerla.
Para más confusión, digo, información:
por parte del centro de estudiantes http://cefyl.org/
por parte del decanato, los últimos comunicados http://filo.uba.ar/contenidos/novedades/cont/listado/comunicadotoma,
por parte del foro, en el que ya puede encontrarse cualquier cosa http://forofyl.com.ar/
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